28.3.06

Sonrisas

A veces la vida te sonríe. Sólo a veces. Pero cuando lo hace es cuando te das cuenta de que, sólo por esos instantes, valen la pena todos los demás, que de repente se te antojan insulsos y aburridos.
Y de repente parece que el Sol brilla más, que la gente se asombra de que pases por la calle, que el mundo, en general, se siente orgulloso de tenerte entre sus filas.

Y todo tiene color. Y el blanco y el negro se quedan atrás, y dejan paso a colores vivos que lo bañan todo con una calidez que abriga tu cuerpo, que todavía parece helado del invierno que acabas de dejar atrás.

Y las sombras desaparecen. Todo es claro, todo brilla, nada es confuso. La cabeza respira un aire nuevo, las cogniciones ya no son catastróficas, ahora todo son pensamientos positivos. De repente el pecho se ensancha como hacía tiempo que no lo hacía. El aire que llega a tus pulmones, incluso, parece que es más sano y sienta mejor que el que respirabas ayer.

Y, de repente, parece que nada vaya a parar el mundo. Te das cuenta de que estás vivo y de que lo único que quieres es seguir hacia adelante, superando baches como el que acabas de dejar atrás. Y de repente... das las gracias por estar vivo. Te miras al espejo. Sonríes.